Entre la oferta y la demanda: el idioma inglés visto como una barrera invisible que interfiere en el acceso a la labor docente de las profesionales en educación inicial

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Entre la oferta y la demanda: el idioma inglés visto como una barrera invisible que interfiere en el acceso a la labor docente de las profesionales en educación inicial

Autores:

María Alejandra Cifuentes Londoño , Laura Marcela Martínez Guerra , Bairon Jaramillo Valencia , Nancy Biviana Cardona Muñoz , Shirley Alejandra Jiménez Herrera.

Del libro: RETOS Y DESAFIOS Perspectivas de la Educación y La Empresa
Colección de Investigación en Educación, Empresa y Sociedad – ISBN: 978-958-52030-1-3

PALABRAS CLAVE: Inglés, educación inicial, docentes, práctica pedagógica.

En el artículo que se presenta, muestra cómo el inglés influye en diferentes campos disciplinares; en el caso de la educación, este idioma ha llegado a permear los niveles formal e informal, al igual que a nivel universitario, como también a los docentes y a aquellos en formación; ya que muchos de los nuevos profesionales en educación, deben adaptar el inglés a sus discursos pedagógicos y a su práctica. El estudio del cual se basó este artículo, empleó un diseño cualitativo y un enfoque hermenéutico. Sin embargo (a pesar de tener una perspectiva intersubjetiva) se emplearon técnicas de recogida tanto cualitativas como cuantitativas: talleres individuales, entrevistas semi-estructuradas, grupos de discusión, observaciones no participantes y encuestas.

El idioma inglés desde una visión sistemática

En uno de los testimonios obtenidos en la etapa de recolección de información en esta investigación, se evidenció una serie de elementos sumamente llamativos, los cuales apuntan al aprendizaje del inglés resumido en unos cuantos niveles del mismo; por ello, respecto a lo anterior, una de las maestras partícipes durante las sesiones de talleres manifestó lo siguiente:

Nosotras en la universidad vimos unas materias o cursos de inglés. Eran niveles pero como para aprender lo básico. De pronto ahora se trabaja más al respecto, y se manejan esos niveles de A1, B1; pero cuando yo estudiaba, no era un requisito tener como esa competencia para enseñar en preescolar (Profesional entrevistada 4, comunicación personal, 12 de mayo, 2015).

Sobre este aspecto, otra profesional entrevistada manifestó que “básicamente yo tuve que cursar unos niveles, pero esos cursos enseñaban a manejar el inglés; saber cómo hablar y escribir, pero no como nosotras debíamos enseñarlo, ni a grandes ni a chicos” (Profesional entrevistada 7, comunicación personal, 12 de mayo, 2015). Por lo tanto, teniendo en cuenta que la fundamentación de los profesionales en educación preescolar está permeado por la pedagogía, es indispensable que exista una instrucción adecuada en la enseñanza de la segunda lengua, lo cual conlleva a procesos efectivos de aprender a enseñar; ya que no solo la adquisición de conocimientos garantiza la habilidad de poder articularlos en un ambiente educativo, sino que también se deben tener unas bases teóricas que guíen el proceso de aprendizaje en el aula de clase. Acorde a lo anterior, Mourão, Renart & Kiddle (2017) afirman que “hay poca capacitación docente sólida para profesores o profesionales de preescolar, en servicio o aún en etapa de formación, que formen parte de iniciativas de enseñanza de inglés en el nivel pre-escolar” (p. 22). Teniendo en cuenta lo establecido por los autores, es notorio que a los profesionales en educación preescolar no se les está formando actualmente para la enseñanza de una segunda lengua a sus respectivas poblaciones de impacto; por otro lado, estas atienden a cursos de inglés en donde se aprende el idioma, mas no se adquiere las fundamentaciones teóricas y metodológicas necesarias para enseñar dicho idioma; saberes indispensables que tienen en cuenta diversos aspectos desde el punto de vista didáctico y pedagógico:

Se sugiere que la enseñanza del inglés debe dividirse en etapas claramente diferenciadas y la consecuente disposición concéntrica del material técnico, lo que significa desarrollar conocimientos, hábitos y habilidades de forma organizada, en orden de dificultad y en un tiempo determinado (Cruz & Caisaguano, 2017, p. 16).

Por tal razón, en los niveles de básica los profesionales en educación inicial se ven en la obligación de recurrir a ayudas externas que no están muchas veces articulados en el momento de enseñar una segunda lengua; prácticas como tomar contenido del internet sin evaluar el nivel y calidad de este, al igual que la afinidad en cuanto a la población a la cual se pretende establecer que desarrollen competencias lingüísticas, son claros ejemplos del resultado a una no muy apropiada formación en enseñanza y aprendizaje del inglés durante los estudios de pregrado.

Cambiando patrones de pensamiento

Por otro lado, en las sesiones de entrevistas semi-estructuradas se encontró que una de las maestras dio a conocer su posición en cuanto a la inconexión entre lo requerido por el medio y lo ofrecido por la universidad:

Por una parte está la poca formación que obtuvimos en la universidad; y por otra, está la exigencia del medio para que los niños aprendan inglés desde edades tempranas. Si no estoy mal, nos están exigiendo disque un B2 sin darnos las herramientas para hacerlo. A muchas no nos gusta el inglés y de hecho por eso no lo estudiamos; creo que el ministerio de educación debería hacer algo al respecto para capacitarnos. Esto permitiría que muchas de nosotras tuviésemos trabajo no solo en el sector público. (Profesional entrevistada 22, comunicación personal, 18 de mayo, 2015).

Con base con esto, se debe tener en cuenta que el aprendizaje de un segundo idioma no se da tan fácilmente en edades tempranas; concepción errónea esparcida fútilmente en el campo educativo. Los profesionales en educación inicial deben ser formados con las competencias necesarias para enseñar el idioma y así suplir la demanda que aparece frente al mismo. De lo contrario, se acentuaría aún más la incongruencia entre lo que el medio exige a los estudiantes y docentes, al igual que la improvisación en las aulas y la ausencia de bases epistemológicas tanto para planear clases, como para cristalizar un quehacer didáctico consecuente al análisis crítico del sistema educativo:

La  educación  de  los  niños  pequeños  en  las  escuelas  públicas  y privadas de Colombia en relación con el aprendizaje del Inglés pone de manifiesto algunos problemas críticos respecto a la preparación de los futuros docentes, el desarrollo profesional de maestros en ejercicio, y los estándares nacionales para la enseñanza de lenguas extranjeras (Olarte, 2016, p. 9).

Además, dichos profesionales tendrán que percibir el idioma a modo de oportunidad y no como una barrera para acceder a la labor docente. Asimismo, otra profesora entrevistada manifestó que “el inglés cuando lo vimos en la universidad fue un tema -hablando desde mi propia experiencia- de pasar los cursos así fuese en lo mínimo; no hacía parte de nuestro énfasis, y entonces lo veíamos más bien como un relleno” (Profesional entrevistada 41, comunicación personal, 18 de mayo, 2015). Teniendo en cuenta lo anterior, similarmente en una investigación desarrollada por un grupo de investigación en educación infantil de la Universidad del Magdalena, en Santa Marta, Colombia encontró que:

La identidad personal y profesional de las educadoras se ve altamente afectada por las políticas educativas actuales, generando sentimientos colectivos de inconformidad, impotencia, pero también de necesidad de cambio sin respuestas concretas a cómo hacerlo y cómo superar las rutinas, las inercias y las metodologías tradicionales en la escuela (Mieles, Henríquez & Sánchez, 2009, p. 58).

Debido a algunas políticas lingüísticas que han cambiado las actividades educativas, respecto a la enseñanza del inglés en las instituciones, se ha podido evidenciar que desde la postura del profesional en educación infantil, se ha visto el idioma extranjero como uno de los causantes que impiden ingresar a un trabajo, pero esto no debería ser una barrera, ya que dichos agentes deben estar en constante actualización y cambio para llegar a mejorar, y además para dejar a un lado las posturas tradicionales, y así poder innovar cada vez más en las aulas de clase; de este modo, implementando el inglés como una manera de ampliación de los conocimientos, se permite dejar atrás los pensamientos en los que los docentes creen que el aprendizaje del idioma extranjero beneficiará solo a los estudiantes, sino que esta práctica también es en pro de un mejoramiento profesional, al que los docentes de educación infantil pueden acceder, proveyéndoles de múltiples beneficios al igual que a sus estudiantes:

Esto obedece a que el aprendizaje del inglés ofrece a los alumnos de educación básica la posibilidad de ampliar su percepción del mundo en las distintas esferas de la vida, además de beneficiar otros aspectos relativos a la socialización y al respeto de la diversidad cultural (Ayala, 2018, p. 97).

La percepción sobre el inglés, haciendo alusión a que es una imposición de gobiernos extranjeros, ha producido numerosamente una negligencia colectiva que muchas veces termina en apatía por parte de los individuos de una nación. Sin embargo, cuando se distingue este idioma desde una postura divergente, llega a ser una oportunidad de apertura y comprensión del mundo con su pluralidad.

Adaptación a los requerimientos sociales

Actualmente, se ven procesos enfocados en cuanto a las leyes de educación referentes al aprendizaje de una segunda lengua, por ende muchas instituciones de educación superior, tanto de carácter público como privado, se ven en la necesidad de incluir en sus mallas curriculares algunos niveles de inglés, siendo esta lengua la más seleccionada con múltiples fines, pero más que todo para responder a las políticas públicas, sociales y económicas de un país. Frente a lo anterior, una de las maestras que participó en los grupos de discusión expresó lo siguiente:

No, en la universidad claramente eran unos pocos niveles de inglés para nosotras, pero no aprendí mucho. De pronto el significado de algunas palabras y con eso uno les podía enseñar a los niños. Ahora en las escuelas y colegios piden que la profesora de preescolar sepa inglés, y los padres de familia lo exigen también. Recuerdo que antes de conseguir trabajar, dos instituciones me cerraron la puerta prácticamente por no tener preparación en ello (Profesional entrevistada 64, comunicación personal, 4 de junio, 2015).

Así que teniendo de referente los intentos inherentes de adoptar el inglés como la segunda lengua en Colombia las exigencias del medio están ligadas a ser los principales promotores de que se cumpla, con rigurosidad, los requerimientos establecidos en un contexto, ya sea por políticas gubernamentales o por una necesidad que conlleva al   mejoramiento de un sistema social. En relación con este tema, otra maestra agregó que “ya eso se volvió como una moda, le preguntan en las entrevistas de trabajo sobre si sabe o no inglés, y luego hasta te piden un certificado. Con eso, yo diría que prácticamente el 60% del empleo es de uno” (Profesional entrevistada 39, comunicación personal, 4 de junio, 2015).

La situación actual colombiana hace que las instituciones que imparte educación en el nivel preescolar, tengan la “obligación” de requerir profesionales que dominen una segunda lengua, primordialmente, la inglesa. Esto -además de obedecer a requerimientos sociales- también se ha convertido en una campaña de marketing, en la cual las escuelas y colegios privados sacan provecho, y en donde los padres de familia se ven envueltos al momento de situar a sus hijos para que sean formados; y futuramente, educados competentemente para enfrentarse a un mundo globalizado:

Por otra parte, pero en línea con lo anterior, está el afán desmesurado de que todos aprendan     inglés (como si se tratara de una moda), sin un proceso consciente y mesurado, acorde a los desarrollos y edades de esta población, expresando con ello, desconocimiento o irresponsabilidad por las etapas de la niñez, al dejar de lado el desarrollo de las dimensiones socio afectivas, emocionales, éticas, estéticas, cognitivas y corpóreas,  propias del nivel Preescolar (Valencia, Quintero & Ramírez, 2017, p. 5).

En luz con lo anterior, el medio exige a los profesionales en educación preescolar enseñar una segunda lengua -en este caso el inglés- sin tener en cuenta que los profesionales no fueron formados en la enseñanza de esta; por lo tanto, se puede notar deficiencias en la articulación de los contenidos, ya que la principal herramienta que se adoptan para dicha enseñanza son materiales extraídos de fuentes descontextualizadas, las cuales no pueden favorecer las etapas del aprendizaje de los niños:

Aunque también refieren que la fiabilidad que le dan a la información de Internet es menor que a la consulta presencial. Esto viene dado por una parte por una mayor accesibilidad, comodidad y rapidez que ofrece el canal online por sí solo (Vázquez et al., p. 122).

El internet puede ser considerado fuente y medio de preponderante información, y el material proveniente de este suele ser confiable para muchos; no obstante, la selectividad al memento de tomar el contenido marca la diferencia, ya que se debe contar con conciencia crítica; y más aún, con saberes específicos, si lo que se pretende es utilizar dicho contenido en el campo de la educación.

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Agradecimientos Editorial EIDEC

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